Lionel Henriquez B.

Ex Académico (Matemáticas) Universidad Austral de Chile 1974-2013. Desde 1990, combina su profesión, en la que ha escrito algunos artículos, con la poesía en la que tiene 12 libros publicados, 7 Monterrey (mx), 1 Junín de Bs. Aires (ar) 1 Lima (pe), 1 Valdivia (cl) y 1 Santiago (cl) y, en 8 antologías, 2 Lima (pe), 1 Barcelona (es), 1 Barranquillas (co), 1 Bogotá (co) y 2 en Santiago (cl). Poesía en http://lionelhenriquezbarrientos.blogspot.com/ y http://lionelalbertohenriquezb.blogspot.com/

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viernes, marzo 06, 2009

POESÍA, una aproximación.

Para quienes no han leído mis escritos “ACERCA DE MI POESÍA“ y “ACERCA DE UN POEMA”, he traído hasta éste algunas consideraciones del primero y el segundo en su totalidad, como una forma de introducción a mi línea de pensamiento en relación a estos dos temas tan importantes en la Poesía como son el “Poeta” y el Poema”.

Escribir qué es Poesía es una dificultad de orden mayor pues hay que entrar en los cánones clásicos, modernos y postmodernos entre otros, los que harían alejar el objetivo de simplicidad de este escrito, que no es otro que dar una visión, la mía, frente a este trascendente género literario. Por lo anterior y para sortear esta dificultad, es conveniente hacerlo mediante alguna buena aproximación y, una solución sería el de exponer algunos referentes acerca del Poeta y del Poema. Consecuentemente, por lo mismo, una reflexión en relación a este Bello Arte debería circunscribirse directamente a ello, diciendo lo más sustantivamente posible, lo que se tiene que decir en cada uno de estos asuntos de singular importancia sobre todo cuando ellos se perciben desde el interior y exterior del Oficio de Poeta y haciéndolo con la mayor altura de mira que se pueda.

EL POETA

Muchas veces, el que escribe desearía que su mundo interno, sus urgencias interiores, sus objetivos y las formas como ellas bullen en su mente, deseosas de salir al mundo externo, en un texto, quedaran al descubierto. No sólo por el hecho de darlas a conocer, si no que le sirvan para buscar puntos de encuentro con otros que, como él escriben y así de alguna manera intentar descubrir que su propia creatividad pudiera encontrarse con la de otros que, como él, también desean complementarla, para seguir creciendo en ella.

Percepciones, sensaciones, emociones, se buscan, se encuentran y en su peregrinar se unen con sentimientos, imágenes e ideas y todos juntos, se engarzan con la naturaleza, el cosmos, el alma individual y el alma colectiva. Esta amalgama se sumerge en profundos hoyos negros, quedando encadenada a las entrañas de éstos, hasta aquel instante en el cual, sincrónicamente, con o sin causa y efecto, o de manera caótica, pero siempre de forma sorprendente, la química cerebral le da impulsos y la hace viajar, en vaivén, entre los hemisferios. En este viaje que efectúa por túneles visita universos con diversidad de dimensiones, posiblemente conocidos, ya sean éstos reflejos de los reales o simplemente ficticios, para obtener en ellos la energía de escape necesaria y así poder emerger a la luz del día. Sólo con esta energía puede romper la gravedad que la retiene y sólo con ella puede estructurarse en un todo ordenado, como si constituyera un modelo matemático. Y al emerger, esta misma energía la debiera hacer mostrarse a través de imágenes transformadas en palabras poéticas, al igual como se muestra el limpio color de los ojos que trasunta la alegría de vivir a cualquier lector que vibre con la poesía. Por otro lado otra consideración interesante sería aquella en que se puede decir que la palabra poética es más indicada que la palabra de la prosa, pues logra un mayor alcance, pues no sólo permite recorrer el Cielo y la Tierra sino también el Infierno, ya sean ellos razonables o imaginables y más aún, en sus ambientes de realidades o fantasías adornados con la armonía de la belleza, realidades y bellezas que no necesitan ser descritas en sus conceptualizaciones en un texto poético, pues son omnipresentes. La sonrisa o el dolor de un niño, plasmado en un artefacto artístico, sólo deben emocionar. Son otras actividades distintas de la artística a las que les interesan la descripciones intelectuales, ya sean éstas, la sonrisa o el dolor de un
niño u otras.

Como la poesía tiene entre sus características el simbolismo, el lector puede buscar por sí mismo una interpretación o un significado o un sentido al símbolo, que yace oculto tras él, labor que requiere de múltiples lecturas. El lector deberá buscar a través de la lectura reiterada, aquella significación, de las incontables posibles, que le haga trascender desde su diario vivir hacia un estadio de contemplación que le alegre su espíritu, en otras palabras, abandonarse a la locura de esa alegría que hace elevarse desde la superficie de la rutina cotidiana hacia esferas superiores, lugar desde el cual puede apreciar con una mejor óptica que las cosas simples son las que realmente tienen importancia real para conseguir una vida en plenitud.

Por último, como también la poesía es música, los textos debieran, como un intento, entregar a través de sus múltiples lecturas, una incitación al escuchar, con oídos internos, por el sólo hecho de hacerlo y, por qué no, oír los mensajes apremiantes que provienen desde lo más profundo de la soledad del mundo interior del creador, como un todo, como una urgencia.

El POEMA.

En relación al contenido de un poema, el autor debiera abrir el texto y continuarlo con la máxima certeza, como poeta que es, que la poesía debiera ser como un licor que embriague al lector y embruje sus sentidos. Que a través de las palabras con las que lo conforma y usando los recursos poéticos a su alcance, ya sean éstas imágenes, metáforas, analogías por comparaciones o discriminaciones, personificaciones, etc., debieran incitar, provocar el intelecto y el corazón de quien le lee, a usar su razón y su imaginación, su sensibilidad en la búsqueda de alguna interpretación de las tantas posibles que lo lleven a un entendimiento del texto que puede o no coincidir con el mensaje que el poeta está entregando. Así de esta manera, el lector pueda quedar en su contemplación, en un estado de gran sensibilidad para absorber con intensidad e intemporalidad, en un estado de sosiego, la conmoción de sus sentidos y sentimientos, en que el asombro, en que pueda estar presente la duda, frente a lo expresado con luminosidad, equilibrio, orden, armonía, medida, proporción entre otras tantas características, con que conforma el poema y que va más allá de su ser y también de lo que pueda ser útil y que tiene dicho en el texto, lo lleve, a un estado de placer estético, el que puede llamarse autoencantamiento. Por otro lado también inducir en éste, una especie de vértigo, al adecuar el texto con el ritmo y la melodía de las palabras precisas, y que por ello junto a todo lo anterior, lo haga llegar a una actitud de reverencia hacia la poesía, dejándolo en un estado de exaltación frente a un mensaje que él como creador ha querido y deseado entregar, y que puede tratar, de asuntos mundanos o divinos, acerca de algunos conocimientos de su vida que durante algún tiempo ha incubado y que lo ha mantenido en la oscuridad de su inconsciente, pero también como una reafirmación a aquello que siempre ha sabido. Estos mensajes que pueden ser acerca de su entorno social o político, acerca de sus emociones, del paisaje que la rodea, acerca de misterios de la vida, en fin, con certezas de vida, con las cuales se puede llegar mediante nuevos caminos a otros horizontes, teniendo el cuidado necesario para cerrar o dejar abierto adecuadamente el texto, con lo que hará de éste un completo contenido a entregar y que debiera estar engarzado con el título, haciendo que nada falte ni nada sobre en el texto poético que está entregando con belleza. Finalmente, el texto debiera tener la fuerza que le imprime la emoción contenida en su autor la que debe trasuntar con la mayor fidelidad posible que le da su talento poético, con ritmos, melodía, con imágenes que busquen provocar no sólo la interpretación del poema, sino también inducir recuerdos en quienes como él puedan haber vivido situaciones similares y si no ese el caso para que éste internalice el mensaje como una referencia de vida que le está entregando él como poeta a través de su poema.

Lionel Henriquez B.
Valdivia, Marzo de 2009.

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